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viernes, 12 de septiembre de 2014

La ley de R, R & R


Conocido internacionalmente como el trípode Reducir, Re-utilizar y Reciclar, el estado español ha hecho hace más o menos un año una ley, donde se aplican conceptos parecidos a la escala urbana. Se trata de la ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas.

Francamente parece el resultado de una acertada análisis de las causas de la crisis económica financiera en España, incluyendo su importante vertiente social. Por lo que ataña a los arquitectos es además una confirmación que la sociedad tiende hacía una industria de la construcción dirigida a la rehabilitación, tal como ya leímos en el informe del GBCe sobre el nuevo sector de la edificación. En el campo jurídico urbanístico esto se ve ahora complementado con un marco legal que renuncia explícitamente a la creación de más suelo urbano, para concentrarse en la calidad de vida en las ciudades existentes. La ley crea también herramientas concretas para poder actuar en zonas urbanas complicadas, como las que fueron abandonadas durante los años del 'boom' inmobiliario, … porque el dinero se ganaba en otros sitios. Pero ahora la vida de la gente está allí, y allí es donde hay que intervenir. 

jueves, 15 de mayo de 2014

El sentido de la arquitectura sin edificios nuevos


Una de los temas 'ardientes' que se tratarán durante el seminario THE CONTEXT OF SUSTAINABLE ARCHITECTURE será la ciestión como afectará la ausencia de obra nueva a la arquitectura. Una propuesta de respuesta, ya ha sido formulado por parte del economista Peter Sweatman y del arquitecto Albert Cuchí en su informe del GTR (Grupo de Trabajo de la rehabilitación) del Green Building Council España. Describen como podría ser economicamente viable un sector de la construcci´ñon que se basa en la mejora de la calidad, sobre todo energética del parque existente de mobiliaria; es decir, basándose en la rehabilitación. Pero al lado de este futuro económico, intentaremos de dibujar también un futuro con sentido social y cultural y en esto nos ayudará Hans Ibelings, crítico de arquitectura y fundador de la revista A10 New European Architecture.
Jueves 29 de mayo, a las 12.00 en ROCA Barcelona Gallery, entrada gratis previa inscripción

martes, 15 de abril de 2014

Low energy MZ house

Take a decaying house of 1900, trapped in its city block, awfully oriented, and refurbish it while maintaining the original façade and volume: challenge accepted!


Low energy MZ House is the result of a neat and effective intervention by the architect/owner Marc Folch in the district of Sarrià, Barcelona. The architects' goal was to reach the Passivhaus standard with a quick and cheap work. The project consists in a wooden prefabricated dry construction chiseled with numerical control and assembled on site in only two days. The construction process was very accurate with a particular attention to ensure enough aritightness. The interior finishing is a well balanced mix of wood and plastering surfaces. Inside the walls run the pipes of the mechanical ventilation circuit that constantly refreshes the inside air with a heat recovery efficiency of 92%. The plan distribution is a total open space that enhance the perception of a large room besides the small plot area but, on the other hand, it doesn't always ensure enough privacy which could result essential in case of a family with children.
The project was mainly developed in section providing the continuity of the volume whith a full height space covered with a skylight. This design strategy was thought to get at once natural ventilation, daylight and passive solar heating, significantly reducing energy consumption and improving comfort.
The result is extraordinary even if the house didn't reach the passivhaus standard. The energy consumption for heating passed from 170 kwh/m2 to just 17 kwh/m2 a year. Nevertheless this strategy was probably not exploited at the maximum of its possibility due to a lack of accuracy in its study: The skylight could cause overheating in summer and may not be sufficient for passive heating in winter due to the obstruction that the same building casts to itself. The open space doesn't play in favor of the climate control: when the heating or cooling needs to be activate it will always heat the totality of the volume. The construction doesn't offer a good thermal inertia therefore the house is more vulnerable to the in/out difference of temperature both in summer and in winter. Probably the initial choice to aim at the passivhaus standard was not the correct one; the big effort of making the house as much airtight as possible was neiter successful nor 100% profitable. 
However it is a good example of sustainable architecture which must be kept in mind whenever an architect approaches a refurbishment project.

viernes, 20 de diciembre de 2013

un principio nada más...

El aparejador de nuestro despacho, Miguel Angel Pozo, ha hecho ya varías calificaciones energéticas de varias casas. Y no con muy buen resultado... la más alta calificación hasta ahora ha sido D.
Ahora ha suscitado sobre este fenómeno en la web de AxA una discusión donde Ignacio Paricio hace constar que el proceso de certificación se está pervirtiendo completamente.
En una respuesta B01 arquitectes prefiere aún mantener un cierto optimismo... pero es verdad que, como con muchas cosas que inciden en la sostenibilidad, es muy fácil (pero mjy mal también) que se pierda de vista el objetivo de fondo.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Sustituir


Es un hecho que lo nuevo fascina a mucha gente; esto pasa con objetos como el I-pad y también pasa en la arquitectura. La constante sustitución de objetos ‘obsoletos’ como consecuencia de esta actitud, no es sostenible de toda manera. Por esto rehabilitamos edificios y por la misma razón deberíamos poder disponer de bombillas que aguantan 100 años.
Este documental de Cosima Dannoritzer habla de la 'obsolescencia programada' de los objetos de consumo; B01 arquitectes no considera la arquitectura un objeto de consumo.

jueves, 2 de febrero de 2012

rehabilitar edificios

En nuestro despacho solemos analizar cada proyecto de rehabilitación desde cero y sin prejuicios. En algún caso hemos llegado a la conclusión que no valía la pena de mantener un edificio existente y que era mejor construir una obra nuevo con buenas prestaciones energéticas. Otras veces hemos rehabilitado a fondo y alguna vez hemos simplemente mantenido una ruina
Un articulo en BuildingGreen.com explica que normalmente la huella ecológica es muy reducido si se mantiene un edificio y se entra en un "retrofit". Pero esto: cada caso en  un mundo en si.

viernes, 11 de febrero de 2011

lunes, 18 de octubre de 2010

jueves, 1 de julio de 2010

Reflexiones sobre la ampliación de la Fundación Tàpies

¿Una Re-Fundación?

El alcalde Maragall el día 25 de Junio de 1985 llevo a cabo el ultimo intento para que Antoni Tàpies donara su colección de pintura al recién fundado Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y encabezara así de forma absolutamente brillante y pertinente la sede del arte contemporáneo catalán. Tàpies se reafirmó, en cambio, en la voluntad de constituir la “Fundación Antoni Tàpies” y situarla en el edificio de la antigua editorial “Montaner i Simon” de Domènech i Montaner. Maragall finalmente aceptó y puso todo su entusiasmo en facilitar el proyecto tapesiano, presidido, en la parte arquitectónica, por la voluntad compartida por alcalde y pintor de restituir al origen la obra de Domènech i Montaner y dignificarla en el contexto del Ensanche de Cerdá. El año 1990 se inauguró la fundación.
Veinticinco años después de aquella decisión cabal se ha procedido a una reforma del edificio que altera gravemente la obra de Domènech i Montaner y significa un importante daño al Patrimonio Arquitectónico barcelonés.
Trataré de analizar las causas que han llevado a la decisión de crecer en m², en vez de adaptar sencillamente el edificio a las nuevas normativas, pasados veinte años de su inauguración. El agravio mencionado, tiene origen en la construcción de un nuevo cuerpo del edificio en el patio de manzana, precisamente cuando se están recuperando estos espacios para la ciudad.

La Fundación Tàpies levantó su vuelo, valientemente, superando una aparente dualidad: la de ser la sede de la obra del pintor y, a la vez, espacio de exposiciones de radical contemporaneidad, gracias a los conocimientos, relaciones internacionales e inteligencia de Manolo Borja Villel.
Así se fueron celebrando interesantes exposiciones (Bourgeois, Oiticica, Brassai, Sol Levitt, Wodiezco, Fluxus, Kline, Motherwell, etc., etc.) y otras basadas en interpretar la obra del pintor como la magnifica de Antoni Llena.
La marcha de M. Borja de la dirección del Museo de Arte Contemporáneo y la fuerza del binomio MACBA-CCCB en la ultima década afectaron seriamente a la Fundación en su pretensión de representar el arte contemporáneo. Tanto la calidad de las exposiciones como la asistencia de publico fueron decayendo creando una crisis , potenciada por la nefasta presión exterior de valorar un museo exclusivamente en función del número de visitantes.

Puede ser que se debiera de haber aprovechado esta crisis para afrontar la decisión de centrar, básicamente y casi únicamente, la actividad de la fundación a la obra de Tàpies – la pintura, la escultura, la obra gráfica, sus colecciones privadas y sus libros – que han conformado un pintor “clásico”: su obra tiene la fuerza de poder mostrarse en diferentes contextos y desde diversos puntos de vista como está haciendo la cultura occidental desde que Baudelaire va asimilar el concepto de museo con el de “ cuerno de la abundancia”. Es evidente que ello no excluye las exposiciones temporales paralelas pero si que apacigua el ansia de continuar manteniendo la línea extrema del ultimo arte, y hace replantearse el papel de la Fundación en la estructura museística barcelonesa y catalana. En este aspecto conviene puntualizar que el Ayuntamiento es el propietario legal del edificio y que la Fundación, desde su inicio, se ha nutrido de las subvenciones del propio Ayuntamiento, la Generalitat i del Ministerio de Cultura.

¿Por qué, entonces, una ampliación?
Por qué ampliar oficinas, cuando lo que se necesita es “rejurgitar”, en el buen sentido de la palabra, los contenidos. En este sentido Manolo Borja propuso, en su momento, crear una sede alternativa “off-Eixample”, para dejar mas claras las funciones de una y otra sede.
¿Por qué una ampliación si, después de veinticinco años de funcionamiento, se podría adaptar, mejorar, cambiar, optimizar los espacios existentes al reconsiderar los objetivos de la Fundación?
¿Por qué una ampliación en un momento en el que crecimiento es una palabra “sospechosa”, que hay que considerar en términos de sostenibilidad?
¿Por qué una ampliación, si muchas instituciones culturales han sabido crear un modelo alternativo mínimo, amparándose en la globalización de la información, en la riqueza de la redes de comunicación, en la mínima necesidad de presencia física de personal?
¿Por qué una ampliación, y ahora se llega al nudo del problema, si se hace a costa de una alteración fundamental de la obra original de Domènech i Montaner que conlleva un importante daño al patrimonio de nuestra ciudad?

La utilización de la antigua “Montaner i Simon” como Fundación Tàpies comenzó lógicamente, con el análisis comparativo, entre el estado del edificio el año 1986 y los planos originales de Domènech i Montaner. La operación de restitución a partir de las graves modificaciones padecidas después de la guerra civil española, requerían una limpieza y clarificación de los espacios, hecho que pone en evidencia tres valores fundamentales: la complejidad espacial, el ritmo estructural y la potente luz cenital del interior. La presencia volumétrica en la calle y en el patio de manzana eran otros de los aspectos básicos.
Como resultado de la “limpieza”, la superficie útil resultante no llegaba a la prevista por la Fundación. Se decidió descartar el crecimiento en altura del edificio, con el fin de igualar con las cornisas de los edificios colindantes para mantener el espectacular acabado heráldico de Domènech i Montaner que coronaba la construcción, y se propuso el crecimiento en el subsuelo. La decisión posibilitó una solución mas imaginativa, con una etérea superposición de redes colgada de la estructura interior, sobre las cuales Tàpies, ayudado por Pere Casanoves, tejió el Núvol i cadira.
En la fachada al patio de manzana se respetó escrupulosamente el gálibo de las construcciones originales y se actuó con espíritu de recuperación e integración de las azoteas del Ensanche, que otras Fundaciones de Arte, en los últimos años, han potenciado de manera afortunada.
Precisamente en esta fachada al patio, Domènech i Montaner introdujo uno de los episodios más sutiles de su obra que denotaba la influencia de las teorías “racionalizadoras” de Violet-Le-Duc con la interdependencia entre función y forma, la relación entre interior (la funcionalidad tipológica) y exterior (la morfológica). Domènech proyectó la ultima crujía de la Montaner i Simon destinada a almacén de papel y libros con series de altísimas librerías de madera de melis, alternadas con los pasillos de acceso. Uno de los testeros de estas estanterías se remataba contra el muro de cerramiento que daba al patio de manzana. Allí, Domènech concibió un mecanismo arquitectónico de doble efecto: por un lado unas ventanas de proporción extraordinariamente vertical daban luz a cada pasillo, luz policromada, casi conventual, con vidrieras coloreados. Por otro lado el ritmo sincopado de estas ventanas componia hacia el exterior una fachada insólita, totalmente antiacadémica, que mostraba la identidad “moderna” de la imprenta-editorial a los vecinos del patio Cerdá.

La ampliación ahora inaugurada de la Fundación descansa en la construcción de un nuevo pabellón, de medianera a medianera, en el patio de manzana, que iguala en altura al edificio existente. La fachada de Domènech i Montaner es “engullida” hacia el interior, perdiendo el sentido para el que fue concebida y desapareciendo el patio como presencia urbana. También ha desaparecido la terraza ajardinada inicial, desde la cual se contemplaba la fachada domenequiana.

En resumen, la secuencia urbana “calle-edificio-patio de manzana”, emblemática del Ensanche, que el propio Ayuntamiento se ha afanado por recuperar, se ha perdido. El respeto debido a la obra de Antoni Tàpies me exime de cualquier comentario sobre la escultura del Mitjó y el lugar donde ha ido a parar.

Creo que estas consideraciones son suficientes para cuestionar la reciente ampliación y preguntarse si las Instituciones catalanas están ejerciendo, con el necesario cuidado, la acción de tutela y control que tienen encomendadas sobre las cosas que suceden en la ciudad.

Lluís Domènech i Girbau