La entrega del Premio Pritzker a Shigeru Ban es un verdadero
sign-of-the-times, como también describe A.Zabalbeascoa
en el País. Ya hace años que Ban, con una coherencia constante, se dedica a
solucionar los problemas de la gente que el tiene que alojar de manera eficiente,
barato y con materiales sostenibles. Así fue hace casi 20 años en Kobe, donde
un devastador terremoto destruyó gran parte de la ciudad y donde el hizo casas
de emergencia con sus (ya emblemáticos) tubos de cartón, y así ha sido siempre
desde entonces.
Aquello era, de algún modo, ‘espectacular’ en la escala
domestica. Cinco años más tarde su pabellón
para el Expo de Hannover, hecho otra vez con tubos de cartón, cubría un
gran espacio diáfano de1.800m2. El efecto era otra vez espectacular pero tal
vez ni tanto como el anterior ‘disaster relief project’ (tipología a la cual Ban
se entrega 50% de su tiempo y con sincero interés).
Lo que ha pasado con la arquitectura en los últimos años se
refleja en la adjudicación del Premio Pritzker de este año, que no deja de ser
un premio que tiende a galardonar valores que están ‘de moda’. En este caso se trata de
responsabilidad social, sostenibilidad e innovación material. Esperemos que
estos valores dejen de formar parte de una moda, para que permanezcan en la
arquitectura para muchos años.
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